Thursday, October 30, 2014

¿ES PERDIDA, DE DAVID FINCHER, UNA PELÍCULA MISÓGINA?

gone girl
Rosamund Pike en Gone Girl (Perdida)


Anoche fui a ver la última película de Fincher sin ninguna expectativa. Sí, sabía que estaba basada en un bestseller (soy librera, me ha tocado sacar ese libro de la estantería un millar de veces) y sí, sabía que tenía algo que ver con el poder destructor del matrimonio y las relaciones de pareja. En la cola del cine (inmensa, anoche era día de cine a 3 euros), pude ver por encima un folleto publicitario donde me decían que iba a ver una película polifónica, donde las diferentes versiones de los implicados en el caso iban a confundirme tanto como confundían al resto de personajes.
Estupendo. Ese tipo de películas me encantan. La Duda, por ejemplo. Hay dos versiones posibles de los hechos y dos opciones morales y el espectador, libremente, escoge cuál cree que es la verdadera. Llega a tal extremo que no sabes hasta qué punto es interesante escoger un lado de la historia o si es preferible, simplemente, abrazar esa duda. Estupendo.

No es el caso de Perdida. Y a partir de este momento voy a "spoilear" a tope, o sea que quien no haya visto el filme, será mejor que deje de leer. En Perdida, tramposamente, te hacen pensar que ha pasado una cosa; luego, a mitad de la película, te dicen que lo que ha pasado es otra diferente. No es que haya distintas versiones y que tú puedas decidir cuál te convence. No. Es que el guión te despista con fuentes falsas. 

Esto  no es una crítica. Esto es un modo de construir la obra y me parece, no sólo lícito, sino perfecto. Estuve en vilo las casi tres horas que dura la historia, disfruté con los giros de guión, el trabajo soberbio de Rosamund Pike, la sorpresa de creerme a Ben Affleck por primera vez, la fotografía, el montaje, la banda sonora, los vaivenes emocionales. 

Creo que Perdida es una película que está realmente bien hecha, y la volvería a ver, y la volvería a disfrutar. Es una muy buena película. Pero, lo siento mucho, rezuma misoginia.

Lo fácil sería decir que es misógina porque la mujer es la mala y el hombre es el bueno. Eso es una estupidez. Que un "villano" sea hombre o mujer es completamente anecdótico. El problema está en que el personaje negativo en esta película es una mujer que emplea todos los recursos "supuestamente" femeninos para lograr infligir el mal al otro. Es decir, si encontramos una película donde la villana es una mujer movida por la codicia, no hablaríamos de misoginia, ya que el hecho de que sea mujer es anecdótico: la codicia no está codificada como algo exclusivamente femenino. Pero en el caso de Perdida, Amy tiene tres características que, socialmente, se atribuyen a las mujeres: manipulación, fingimiento y venganza por despecho. Las dos primeras son, supuestamente, las "armas" con las que cuentan las mujeres para controlar y dominar a "sus" hombres, y las tres son los recursos fundamentales que emplea el personaje para lograr sus fines. El hecho de que sean estos y no otros sus recursos, hace que Amy no sea Amy, un personaje que de forma anecdótica resulta ser mujer, sino que Amy es una representación de la mujer. Sí, llevada al extremo, por supuesto. Claro, no representa a todas las mujeres de todo el mundo. Pero no es anecdótico que sea mujer y, por lo tanto, eso otorga al personaje de Amy la categoría de símbolo, de adalid del género dentro del filme.

La imposición de tópicos genéricos no es algo que suceda sólo en el personaje femenino. Él también está cargado de rasgos del rol masculino: se siente humillado por depender económicamente de su mujer, se acomoda en la relación, encuentra una amante (para hacerlo completamente típico, más joven y alumna suya, por lo tanto en una relación de desigualdad).

Asimismo, la relación está marcada por la incomprensión, ya que ella exige que él la conozca a la perfección, y en lugar de una comunicación directa ofrece "pistas" para que él logre averiguar sus deseos. El tópico de que una relación perfecta se basa en una comunicación casi telepática y que cuando deja de darse es culpa del hombre, que ha perdido interés en su compañera, es la lectura masificada. 

Aparte de esto, vemos la mayor parte de los personajes femeninos (la periodista, la vecina) que se muestran como entes superficiales, cotillas, rozando o cayendo en la estupidez. Las únicas que se salvan son la hermana y la policía que son personajes femeninos inteligentes (aunque no tanto como Amy) pero con un papel mucho menos activo. La hermana acaba aceptando que él vuelva con Amy a pesar de que saben lo que ha hecho. La policía se rinde cuando la investigación pasa a los federales: hay que persistir, pelear, pero no tanto. 

Quienes defienden que Amy es una muestra del empoderamiento femenino, que actúa, que acciona, parecen obviar que ese empoderamiento es empleado con fines completamente malvados. Parece una especie de advertencia: "mira de lo que es capaz esta muchacha". Además del hecho de que este empoderamiento tiene como motor la venganza (por despecho, claro; no es una venganza heroica al estilo masculino: han matado a mis padres/mi novia/mi hijo y me vengo como un héroe) y como fin último retener a su hombre. Llega a emplear (otro tópico) la maternidad para lograr esa meta.

Por supuesto que el discurso contra la "chica guay" tiene carga feminista (tanto como machista) pero no olvidemos que, mientras el personaje masculino tiene toda una película para justificar sus actos, esta explicación del motor de ella se resuelve en un monólogo a toda prisa en la mitad de la cinta. Y que la represalia que toma ella contra la traición de él hace que la ofensa quede completamente diluida: que él la engañe mientras ella lo mantiene parece una nimiedad cuando la respuesta ante esto es la difamación pública y la pena de muerte.

Y, por supuesto, que Amy finja (el fingimiento, la falsedad, como otra arma femenina) haber sido maltratada y haber sido violada, entiendo que pueda verse como algo peligroso. Por una parte, es un gesto que frivoliza el dolor de las víctimas de malos tratos y de abusos sexuales. Por otra, podría verse como una puerta abierta a poner en tela de juicio la veracidad de los testimonios de las denunciantes. 

En definitiva, toda la película perpetúa los mitos negativos que definen, culturalmente, a la mujer y eso, en mi opinión al menos, es misoginia. Y que la autora sea una mujer y que se defienda de las críticas alegando que "quería mostrar que las mujeres no son menos violentas que los hombres" tan sólo es una muestra del machismo integrado del que somos víctimas todos y todas.

Ahora  bien, no creo que eso convierta la película en algo "peligroso" o "vacuo" o en algo que no deba ser visto. De hecho, no creo que esté dando pautas de comportamiento ni que esté defendiendo nada. Creo, simplemente, que está reflejando. Y que está reflejando muy bien.

Siempre he defendido que las grandes obras de arte reflejan la época de la que son hijas. No cambian el mundo, lo definen. Baudelaire define el "spleen" parisino; Brecht, las ansias de cambio social de su momento; Nietzsche, el sentimiento de la muerte de Dios; Perdida, los roles y características genéricas que asumimos como ciertas en nuestra sociedad.

No creo, en definitiva, que Perdida sea una mala película (porque el contenido moral no hace una película buena o mala). Tampoco creo que Perdida nos vuelva misóginos. Lo que creo es que ya lo somos.